Sobre las crónicas de viajes


"(...) En un viaje, en cualquier viaje, todo es gozosamente falso: ahí está, probablemente, gran parte de la felicidad y la inquietud del viaje: vivir, entre paréntesis, una ficción.

Un viaje rompe el tiempo de la vida. Un viaje, cualquier viaje, crea su tiempo propio, distinto del habitual, para recorrer lugares que no tienen para el viajero más realidad que la de ese período acotado y su recuerdo: que volverán a la inexistencia una vez abandonadas. El viaje ofrece el alivio de actuar en teatro ajeno, donde uno se pone en escena con los tiempos acotados de antemano: el placer infinito de suponerse otro, de descansar de sí mismo por un tiempo previsto. Hasta que llega la decepción de descubrirse tras la máscara frágil. Y se impone la obligación de impostar un papel adecuado. O sea: lo de siempre, pero elegantemente justificado por las circunstancias".

M. Caparrós. Larga distancia.

Ilustración: http://gloriamundi.blogsome.com/

2 comentarios:

lauri | 10 de marzo de 2010, 6:20

así es...fijate que los grandes cambios se dan en períodos vacacionales. ese salir de la rutina hace que uno quiera "cambiar su vida"...y después vuelva a la misma ciudad de siempre, a la misma casa de siempre, con el mismo trabajo de siempre y no termine haciendo nada parecido al cambio. de vuelta en casa, la normalidad y la rutina. somos animales de costumbre.

por eso yo me mudo seguido...jaja, así le escapo a esas cosas circulares. (aunque si te fijás, mudarse seguido se torna hábito, porque se repite. buó. cést la vie)

Anahí | 13 de marzo de 2010, 5:46

Cierto... yo vuelvo de los viajes con ganas de cierta revolución cotidiana... pero siempre triunfa la derecha conservadora!

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